OPINION

LAS BIFURCACIONES DE LA VIDA

 

Para poneros en contexto:

Una noche de verano, cena con amigos y homenaje a nuestros paladares. Con el calor del vino y con el humor que caracteriza una típica cena de machotes, las horas iban pasando y las conversaciones se iban amaderando.

Debimos hablar de mil cosas: política, economía o mundo laboral, pero en todas las temáticas aparecía siempre la misma esencia, la misma… resiliencia.

Tanto es así que uno de los comensales definió el camino de la vida, como un trayecto donde a medida que se vive, tarde o temprano aparecen dos vías de vivirlo, o dicho de otro modo, aparecen dos bifurcaciones:

Vivir la vida por amor o vivir la vida por miedo.

Después del «triple» que se pegó en la mesa de varones, y antes de que nadie fuese a estropearle su momento de reflexión con alguna «parida«. Quiso defender su teoría:

La gente está muy equivocada, nos engañan y confunden diciendo que lo opuesto al amor es el odio, eso son tonterías. El amor y el odio son sentimientos independientes. El autentico álter ego del amor es el miedo. 

Por eso las personas se comportan, viven y persiguen el miedo o el amor según las decisión que hayan tomado de cómo vivir la vida.

Quizás fueran los «roncolas» de más, pero no recuerdo a nadie de la mesa quitándole la razón.

Cuando llegue a casa, y en un acto de simpatía con la cama, empece a darle vueltas a la cabeza sobre las bifurcaciones de la vida:

Las personas que viven la vida por miedo, no quieren el otro camino por las rocas que podrían hacerles tropezar, o por los monstruos que se pudieran encontrar, por lo oscuro que parezca al principio o porque, aunque el camino del amor sea el camino que quieran recorrer, no confían en el letrero que lo indica.  

Las personas que viven la vida por amor eligieron el camino de las rocas y por la emoción y las prisas tropezaron y cayeron, se asustaron cuando aparecieron monstruos o cuando el lugar era más oscuro, y siguieron caminando aun cuando las circunstancias le hacían dudar de su elección.

Pero el camino siempre llega a su fin,

Por las dos vías llegas a destino. En un lado llegas con magulladuras y con un par de vuelcos de corazón, pero llegas vivo y con la sensación de haberlo dado todo. Los que vivieron el camino del miedo también llegaron a destino, a través de un camino liso y firme.

Y la única sensación que se llevarán al final, es la incertidumbre de no saber, cuánto duele tropezarse con una piedra.

Vive la vida por amor… y a veces si puedes, con resaca.

Y sobre todo, se feliz.