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VALORES (CON MAYUSCULA)

En el Posgrado de Coaching Profesional que imparto en la Escuela de turismo de Baleares ETB, el cual tenemos el honor de comenzar cada año en octubre y febrero, siempre intento enseñar a mis alumnos, lo poco que he podido aprender en estos años, en VALORES con mayúscula.

Pero, es cierto que en estos últimos años me ha surgido un gran dilema,

¿En qué valores podemos impartir clases los docentes hoy en día?.

Es evidente que nos encontramos frente a un nuevo paradigma, nuestra sociedad ha cambiado y todo lo que valía antes, hoy en día, ya no nos sirve.

Gracias a Dios sigo encontrándome gente que sigue regulada por esos “valores” que teníamos antiguamente, como es el grupo de alumnos que tenemos este año en la ETB, pero es cierto que gracias a ellos, yo misma voy cambiando mi forma de ver la vida y esos “valores” a los que nos hemos ceñido durante estos años.

Estos valores están impregnados en todo lo que hacemos en el día a día, las relaciones sentimentales que mantenemos, decidir si tenemos o no hijos, la forma de criarlos, nuestros trabajos diarios…etc.
Y muchos de ellos sufren una gran controversia en su cerebro entre lo que sus padres les han enseñado y los dictámenes de la sociedad actual.

En este mismo Posgrado de la Etb en una de las comidas, que tuvimos en el descanso de las clases del sábado, un alumno me preguntó abiertamente la razón por la que yo no había tenido hijos propios, a lo que añadió:

– ¿Acaso no te veías capacitada para tenerlos?, una mujer con tus “Valores personales” debería de tener hijos.

La mesa se quedó en silencio y después todo el grupo se le echó encima por su importuno comentario, a lo que yo añadí:

-“Gracias por tu pregunta, me parece muy buena. Precisamente por esos valores, no los he tenido”.

Veo cada día en mi despacho de Coaching mujeres ejecutivas que son incapaces de conciliar vida personal con la vida profesional, personas que acaban de tener hijos y que se divorcian cuando estos tienen meses 1 o dos años, adultos destrozados por una mala educación recibida por unos padres frustrados, hijos de padres divorciados que no terminan de crecer nunca, ó lo que es peor, hijos de padres que continúan toda la vida juntos adiándose dentro de una relación, madres solteras que son incapaces de conciliar su vida personal con la profesional, familias de hijos de distintos matrimonios que se llevan a matar, frustraciones, miedos y angustias por la vida y esa es la razón por la que yo decidí dedicarme a ayudar a todas estas personas a gestionar sus vidas y volqué toda mi vida en ellas, para que estas personas pudieran tener un poco de luz a la hora de gestionar dichos valores.

Desde mi punto de vista, nuestros valores personales deben de cambiar con el tiempo y deben de adaptarse a los tiempos modernos, pero no debemos dejarnos llevar por lo que la sociedad indica que debemos de hacer, sino lo que en conciencia pensamos que es positivo realizar para poder educar a los nuestros y primeramente a nosotros mismos, en unos valores con los que nos sintamos orgullosos de nuestros actos.

Debemos de sentarnos y reflexionar antes de tomar decisiones de las que más tarde nos podemos arrepentir, porque está claro que el hombre es el único animal que tropieza 2 veces en la misma piedra, pero 200….

Beatriz Vilas

Un comentario en «VALORES (CON MAYUSCULA)»

  • Totalmente de acuerdo Bea!

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