DE LA COMODIDAD AL RETO
Es lunes. Son las 06:30 am de la mañana y desde hace una semana, ya no debería levantarme a esa hora pero continúo haciéndolo por rutina.
Han sido 4 años dedicados a una actividad profesional que no me satisfacía pero que al principio constituía un reto, además de una estabilidad económica acompañada de un contrato indefinido y días de vacaciones garantizados. No obstante, el nivel de estrés no tolerable ya comenzaba a hacer mella en mí.
Por fin, he iniciado un nuevo reto, tras acabar exhausta por falta de autorrealización. No negaré la sensación agridulce ante el hecho de abandonar la comodidad monótona y desmotivante frente a la incertidumbre de lo qué va a suceder.
Llevo 2 meses trabajando este cambio: preparando exámenes y entrevistas y compatibilizando 3 trabajos. No negaré que ha sido un auténtico caos y en algunos momentos era duro hacerse a la idea.
Tengo claro que el cambio es sinónimo de trabajo de lunes a domingo, menor salario, ser autónomo, no tener vacaciones e invertir muchísimo esfuerzo en el camino, pero estoy convencida de que merecerá la pena tan solo por el hecho de disfrutar de la lucha por una vocación que constituye gran parte de mi esencia.
Todavía no soy consciente de la vorágine del cambio pero lo que sí tengo por seguro es que “quien no arriesga, no gana” y desde luego, no existe insatisfacción más frustrante que la genera la maldita espinita de no haberlo ni tan siquiera intentado. Creo que cuando a uno le apasiona su vocación, tiene la responsabilidad consigo mismo de luchar por ello pues es lo que le aportará autorrealización, satisfacción y por ende, felicidad.
Me encargo constantemente de recodarme a mí misma y a los que me rodean que la relación más duradera la tenemos con nosotros mismos y por ello, debemos navegar contra viento y marea para hacernos felices.
Aún así, no quiero desmerecer todo el apoyo que he recibido de mis seres allegados, con especial mención a mi pareja y a la inspiración de todos mis resilientes, cuyo ejemplo me ha motivado a emprender mi camino y, de hecho, no tengo más que palabras de agradecimiento, incluso para aquellos que no lo han hecho de forma directa ya que amparados por el miedo, se han preocupado en exceso.
Creo que estamos tan intoxicados por los constantes discursos conformistas fundamentados en el miedo; afirmando que “esto es lo que hay” que lo repetimos como marionetas. No pretendo ser utópica pero estoy convencida de que esa falsa verdad absoluta no es la solución pues nos conducirá sin retorno al conformismo y finalmente, a la insatisfacción. Y quizá el día en el que nos demos cuenta, estaremos demasiado anclados a esa comodidad que es a su vez, fuente de infelicidad.
Yo os invito con esta reflexión a dialogar con vosotros mismos y a ponerle fin tanto al conformismo como a la ambición.
Os aseguro que no es sencillo dejar de lado la supuesta estabilidad económica para lanzarse a una piscina sin garantías pero la sensación de libertad y el bienestar con uno mismo que se perciben desde el principio no tienen precio. No os engañaré; las preocupaciones y miedos están presentes pero infinitamente mayor es la ilusión por avanzar y desprender esa pasión que mi profesión me provoca.
Solo os puedo decir que ¡HOY COMIENZA MI RETO! ¿Cuándo comienza el vuestro?
¡Todo irá genial Laura! Sin duda realizar un cambio como el que has hecho no es tarea fácil pero creo que es indispensable hoy en día mirar más allá de la estabilidad y comodidad, ¿realmente vivimos para ser felices o simplemente vivimos?
Creo que estamos en un momento de cambios, cada vez me encuentro con más gente que está en proceso de realizar cambios radicales en su estilo de vida para formarse un futuro mejor.
Seguiré de cerca tus cambios, son una motivación extra para realizar los míos. ¡Mucha suerte y ánimo!
Enhorabuena Laura, bienvenida al mundo de los que arriesgamos solo para ganar… se trata de ser coherentes con nuestros pensamientos, deseos e ilusiones… el camino lo harás tu pero habrá muchas y muchos a tu lado para acompañarte!
Disfruta, aprende y sigue adelante!